Salud mental en niños en cuarentena: socialización y adaptación

María Clara Rodríguez, mamá de Matilde y los mellizos Lorenzo y Luciano, nos habla sobre salud mental en niños en cuarentena.

Para las que somos mamás de niños chiquitos, especialmente de los que están en sus primeras etapas de desarrollo, la salud mental en niños en cuarentena es un tema que nos preocupa bastante.  Todavía desconocemos cómo va a ser la adaptación de los niños a las medidas de prevención de la pandemia y cómo se va a reestablecer el contacto entre ellos cuando acabe. Es más, estoy segura de que muchas nos estamos preguntando si este aislamiento puede afectar las habilidades sociales de nuestros hijos y los avances que habían conseguido hasta ahora.

Esta es una preocupación normal, pues constantemente estamos escuchando a médicos y a psicólogos infantiles hacer énfasis en los aprendizajes que se logran entre los 2 y los 5 años. Muchos de ellos afirman que estas edades son claves para que los chiquitos aprendan a compartir y comportarse en diferentes escenarios. Entonces, es inevitable preguntarnos ¿qué va a pasar con el desarrollo de nuestros niños si el distanciamiento social continúa? y ¿cómo podemos ayudarlos a adaptarse a la nueva normalidad?

Expertos de la Sociedad Colombiana de Pediatría y de la Academia Americana de Psicología, han explicado que la reducción del contacto social generado por la pandemia no tiene por qué tener un efecto negativo en los niños si se maneja de manera adecuada. Ellos afirman que los niños sacan provecho de las interacciones con padres, cuidadores, hermanos e incluso mascotas, y pueden mantener un desarrollo social y emocional que les facilite hacer amistades cuando reanuden las actividades normales.

Entonces, el desarrollo emocional y social dependerá de que logremos mantener y alentar las interacciones sociales de nuestros chiquitos. Esto requiere poner de nuestra parte para generar espacios de juego, facilitar reuniones virtuales, crear actividades en familia y buscar momentos de enseñanza. Recordemos que algunos de los aprendizajes importantes que ocurren mientras los niños comparten son: la identificación y regulación de sentimientos, el autocontrol y el manejo de conflictos, temas que nosotros podemos reforzar en casa y en el día a día.

Sobre esto, el Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard creó unas recomendaciones que pueden ayudarnos a potenciar las habilidades sociales y el desarrollo cerebral de nuestros niños durante la pandemia. Me parece importante compartirlas, porque sé que en esta situación, nueva e indescifrable para todos los papás, es normal sentirse perdido y confundido con respecto a la educación de los chiquitos.

Lo primero que nos sugieren es disfrutar de juegos no estructurados, es decir juegos no preparados donde nuestros hijos pueden inventar, recrear situaciones o usar su imaginación.  Lo segundo, es permitir que los niños tomen la iniciativa para darles la autonomía de crear algo nuevo y de relacionarse con las personas y los objetos de forma diferente. A esto se suma fomentar los juegos de simulación en los pueden inventar sus propias reglas e historias. Lo tercero, es proporcionar interacciones seguras con sus compañeros y familia. Si bien el contacto físico sigue restringido, podemos crear reuniones o citas de juego virtuales con sus amigos, de manera que el tiempo que pasen en las pantallas sea interactivo.  Y lo último es aprovechar el tiempo al aire libre cuando sea seguro. No necesariamente se necesita un parque, solo un espacio fuera de casa para correr, patinar, saltar o pintar.

Creo que, desde mi experiencia, yo agregaría poner diversión a las actividades del día a día. Hacer divertida la organización del cuarto, el momento del baño, cocinar o hacer ejercicio juntos, entre otras, son herramientas que alientan a nuestros niños a compartir con nosotros y a disfrutar el momento a pesar de la situación de encierro y distanciamiento.  

Aclaro, hay que entender que muchos niños están teniendo comportamientos nuevos o difíciles a causa del aislamiento, y que es importante manejarlos y atenderlos. Pero, muchas veces nos enfocamos en los problemas y no en las posibilidades de nuestro hijo, y por eso es importante recurrir al juego y al aprendizaje.

Pero además de pensar qué podemos hacer mientras estamos en cuarentena, también me parece importante pensar en cómo van a cambiar las interacciones de los niños una vez las actividades se retomen. Para muchas familias ya no hay forma de volver a las rutinas pasadas, pues la pandemia ha afectado la estabilidad laboral, la disponibilidad de los colegios, el acceso a guarderías, la facilidad de movilidad, entre muchas otras cosas. Esto implica un cambio inquietante, especialmente para los chiquitos que suelen ser muy sensibles a las emociones de los cuidadores y del exterior.

Entonces, es clave prepararnos para la transición y estar dispuestos a adaptarnos a diferentes escenarios. Y aquí voy a tocar un tema que me gusta mucho y me parece sumamente útil, y es la resiliencia familiar. Esta nos permite convertir la adversidad en un catalizador para el crecimiento de la familia, en vez de verla como una amenaza.

Estuve hablando con Claudia Cala, psiquiatra y me explicó que durante estos meses e incluso cuando se retomen las actividades, “va a ser habitual ver a que los niños tengan reacciones confusas, pataletas y peleas, no porque sean malos o no estén bien educados — sino porque están sintiendo inestabilidad”. Lo mismo puede pasar cuando vuelvan a compartir con sus amiguitos o retomen el colegio, “puede que les cueste volver a compartir con facilidad, a acostumbrarse a no ser el centro de atención o a retomar rutinas de estudio, entonces, desde ya, hay que explicarles la importancia de pasar tiempo con otros, disfrutar de la compañía de los demás y de entender que cada espacio tiene unas reglas y unos comportamientos asociados”.

Aquí es cuando la resiliencia familiar cobra sentido, vamos a aprovechar el aislamiento, en la medida que podamos, para sobreponernos como familia y brindarles herramientas a nuestros chiquitos para futuras interacciones y cambios.  Consulté sobre esto con el Roberto Chaskel, Psiquiatra infantil: y preparamos las siguientes recomendaciones:

1. Dar sentido a la situación enfocando la energía en las cosas que se pueden cambiar.

Podemos estar en desacuerdo con decisiones políticas y económicas, y discutirlas, pero en estos momentos lo mejor que podemos hacer como familia es concentrarnos en las cosas que podemos cambiar en nuestro ambiente inmediato. Cuando nos enseñamos a pensar así, tenemos una aproximación más optimista y transferimos a los niños una sensación de seguridad.

No es necesario que compartamos todas nuestras preocupaciones con ellos, debemos darles seguridad y explicar claramente cómo nos vamos a ocupar de su bienestar. Por ejemplo: en lugar de repetir que ingresar al colegio va a ser peligroso, es mejor decirles que hay que definir formas de protegerse, cuidarse y mantenerse sanos mientras vuelven a las clases.

2. Apoyo entre todos los miembros de la familia.

Ustedes saben esto tanto como yo, pero a veces necesitamos oírlo de nuevo. El todo es mayor que la suma de sus partes y más en situaciones de crisis. No solo necesitamos a un solo padre o a una madre que dé apoyo, necesitamos un circulo o un grupo familiar con un propósito común. La idea es cuidarnos entre todos, y esto implica un trabajo de todas las personas que se encuentran en nuestro círculo cercano.  Es bueno que todos tengamos un rol y que no carguemos a una sola persona con todas las responsabilidades.

Mamás, sé que nosotras tendemos a ocuparnos de todo porque nos da seguridad, pero la resiliencia de nuestros hijos requiere de un trabajo personal y grupal. Debemos darles responsabilidades que se ajusten a sus capacidades y que les permitan sentirse útiles y constructivos.

3. Flexibilidad y comprensión

Si hay algo que nos ha enseñado esta pandemia, es que nada es seguro y que todo puede cambiar de un día para otro. De ahí la importancia de ser flexibles con nosotros, nuestros proyectos y nuestros hijos.  En la medida en que aprendemos a ceder y adaptarnos para lograr el bienestar, tenemos menos conflictos y se nos facilita buscar soluciones.

Esto es una lección muy importante para nuestros hijos, pues ellos están creciendo en un ambiente volátil e impredecible, y ayudarlos a tener mayor tolerancia al cambio les va a permitir adaptarse mejor a cualquier circunstancia.

La adaptación debemos trabajarla en todos los aspectos, podemos empezar con cosas tan sencillas como la alimentación, la ropa, los cambios en el cuerpo y luego pasar a situaciones de relacionamiento con otros. ¿Cuáles de estos consejos pondrás en práctica primero? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Si quieres aprender más sobre este tema, mira nuestro episodio de BABY FRESH TE ENSEÑA sobre Salud Mental en niños en cuarentena aquí.